Un amor genuino se desliza entre las palabras como una sombra que se niega a ser atrapada. Es una experiencia que trasciende las definiciones y los conceptos, una esencia pura que se manifiesta en un instante. En lo sustancial, un amor verdadero se muestra esquivo a cualquier etiqueta; revela sólo fragmentos, dejando el resto sumido en una niebla que envuelve lo cotidiano. El poeta lo ha dicho: lo que hay entre nosotros carece de contornos claros; se asemeja a una imagen desvanecida en un álbum olvidado. Un amor auténtico se vive en el presente, en la chispa efímera que lo define, pero no se adscribe a un lugar ni a un tiempo, porque cada rincón puede ser su refugio, y cada momento, su manifestación. En su simplicidad encapsula el sentido de la existencia, escapando a nimiedades como el lenguaje y las ideas.
domingo, 29 de diciembre de 2024
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