domingo, 17 de agosto de 2025

CINCUENTA Y EL HORIZONTE

     Estoy a seis días de los cincuenta. No sé qué se supone que debe sentirse, pero aquí, bajo el sol, frente al mar, sólo pienso en la línea infinita donde el cielo se mezcla con el agua. Es recta, perfecta, como un corte limpio en el universo. El viaje fue un pretexto, claro. No se trata de escapar, sino de pararse en un lugar donde el tiempo no tenga peso. No hay reflexiones profundas, ni grandes epifanías. Sólo el cuerpo al sol, la sal en la piel, y esa extraña certeza de que todo sigue igual, aunque uno cruce medio mundo para mirarse en otro espejo. Cincuenta años. Medio siglo. Podría hacer cuentas, buscar lecciones, inventar nostalgias. Pero aquí, ahora, sólo importa el viento cálido y buscar una sombra breve. El resto es silencio. Y está bien así.




viernes, 15 de agosto de 2025

ÉL Y EL MAR

     Al principio parece sólo agua. Mucha agua. Verde, a veces azul, intenso. Otras veces no tanto. Se extiende hasta donde la vista se cansa de fingir que ve algo. Pero si te quedás quieto, si no te dejás engañar con el espectáculo de las olas, lográs descubrir el truco. No está en el agua. Está en el movimiento. En el instante exacto en que la ola, después de subir, duda antes de caer. En ese microsegundo de suspensión, como si alguien hubiera olvidado la siguiente nota de una canción. Ahí, en esa falla, en ese fallo del espectáculo, se cuela la verdad. La ola no importa. Lo que importa es el hueco que deja al irse. Él lo sabía. Por eso miraba el mar como quien escucha el silencio entre dos aplausos. Esperando, siempre, que esa nada le dijera algo. Y al final, siempre lo hacía.




lunes, 11 de agosto de 2025

CAMBIO DE ESTACIÓN

     Primero, el frío. Las mañanas oscuras. Los vidrios se empañan. El vapor del aliento mezclándose con el humo de los escapes. Se camina rápido, tratando de enterrar las manos en los bolsillos. Luego, el avión. La cabina huele a limpieza reciente y a gente apretujada. El reloj en el celular se ajusta mecánicamente, como un gesto aprendido. Cinco horas más, seis, qué más da. Y de pronto, el verano. El aire pesa, húmedo y caliente. Las ojotas golpean contra adoquines que guardan el calor del día. La luz reverbera en las paredes, cegadora. La gente se mueve con lentitud deliberada, como si el tiempo se hubiese espesado. La piel se adapta antes que la memoria. Al tercer día, ya no se recuerda bien la textura de la lana contra el cuello, ni esa tensión en los hombros al caminar contra el viento helado. Hasta que un día, en medio del calor aplastante, llega sin aviso: un escalofrío fugaz, un recuerdo de otra temperatura. Dura un instante. Luego se disuelve, como todo.





domingo, 10 de agosto de 2025

SER HÉROE

     Hay momentos que rompen el orden. Un encuentro. Una noticia que desordena el futuro. Un anuncio inesperado. La canción que abre un cielo insospechado. Ser héroe, acaso, consiste en reconocer esos destellos cuando ocurren. Todo lo demás es apenas el telón de fondo. ¿Qué define una vida? ¿Lo que permanece o lo que sacude y rompe? ¿El paso de los días o el instante que los calcina? No es cuestión de elegir. Es la geometría secreta del azar.





sábado, 9 de agosto de 2025

DELGADA LÍNEA

     Hay un instante en que la risa se quiebra y, sin aviso, deja al descubierto el borde de una lágrima. Así funciona esto: no hay alegría que no lleve escrita, en su reverso, la sombra de su pérdida. El amor, cuando más alto sube, más claro muestra el abismo que lo rodea. También el odio a veces se detiene, exhausto, y descubre que bajo su piel late algo que aún reconoce. La memoria es un mecanismo infiel: guarda lo que quiere, deforma lo que toca. El olvido es el cómplice silencioso que nos permite seguir vivos. Sin él, el peso del pasado nos rompería. Con él, caminamos ligeros, aunque a veces demasiado vacíos. Vivimos en ese equilibrio frágil, en la delgada línea donde todo se toca y se contradice. No hay pureza, sólo mezcla. No hay eternidad, sólo instantes. Y quizás ahí, justo ahí, en esa zona incierta donde lo opuesto se funde, esté la única verdad que vale la pena habitar. Al final, abrazar la dualidad no es rendirse. Es entender, por fin, que la vida no elige: es todo a la vez. Y eso, aunque duela, es hermoso.






jueves, 7 de agosto de 2025

LOS MISMOS

     Partieron. Convencidos de que más allá habría algo distinto. Algo que justificara tanto esfuerzo. No volvieron la vista atrás. Para qué hacerlo, si llevaban consigo todo lo que habían sido. Como un peso que no sabían que cargaban. Corrían. Cada uno siguiendo su propio ritmo, en perfecta sincronía con los demás. La promesa del futuro los cegaba. Llegaron. Nada. Sólo el reflejo de lo que siempre fueron. Se detuvieron. Vestían las mismas ropas, perseguían los mismos sueños, cargaban el mismo error. En ese instante lo supieron: No habían estado corriendo hacia adelante, sino en círculos. Mientras la vida, la verdadera, pasaba de largo. Sin que la vieran. Demasiado ocupados en perseguir lo que ya tenían.






martes, 5 de agosto de 2025

LA TRAMPA

     Hay otra manera. No la que te dieron, no la que repiten. No esa rutina que no es tuya, que nadie eligió, pero todos aceptan. Una jaula que sólo existe porque seguimos midiendo el espacio entre sus barrotes, en lugar de probar la cerradura. Hay que saltar. Aunque todos griten. Aunque te llamen loco. Aunque al principio sólo haya silencio donde antes había aplausos. No es necesario desaparecer. Basta con negarse. Con dejar de correr hacia la nada. Con abrir los ojos un martes cualquiera y entender que el tiempo no es dinero: es el fuego que te quema vivo. Que los dioses no reclaman sacrificios. Que vivir -esta vez en serio- no es pedir permiso. Saber eso es lo único que importa. Lo demás son palabras. Y las palabras, si no rompen el silencio con actos, son jaulas de otro tipo.




domingo, 3 de agosto de 2025

DEMASIADO TARDE

     Se paran ahí, erguidos, convencidos de que el problema son los otros. Los de más allá. Los que no piensan como ellos. Los que no temblaron cuando debieron, o temblaron cuando no era el momento. Dibujan una raya en el piso y juran que de este lado está lo bueno, lo puro. Del otro, la podredumbre. Pero el mal no es un país lejano. No se esconde en las palabras equivocadas ni en las manos ajenas. Vive aquí, en este mismo pecho, en el latido que no queremos escuchar. ¿Matarlo? Sería cometer suicidio. Nadie lo hace. Nadie se atreve. Hipocresía recíproca. Por eso sus discursos de progreso, sus promesas de un mundo mejor, siempre tienen algo de farsa. Y en el fondo lo saben. Porque los pronuncian con la misma voz que alguna vez lanzaron órdenes tan crueles como cobardes. Con los mismos dedos que cerraron un puño cuando nadie miraba. La verdad es más cruda: no hay inocentes. Sólo el coraje de admitir que todos llevamos la grieta dentro. Y seguir caminando igual, sin inmolarse por nadie.




ÁNGULO EXACTO

     Hay grietas que no se ven hasta que la luz las toca de costado. Así somos: intactos, hasta que algo nos quiebra. Pero no es la ruptura lo que importa, sino el amor que ponemos en repararla. A veces llega alguien con pedazos de verdad que ya conocíamos, pero no habíamos nombrado. Nos enseña sin sorprender; es como si despertara algo que dormía en nosotros. No trae lo desconocido, sino lo olvidado. Y en ese reconocer, nace algo más fuerte que la admiración: la certeza de no estar solo. Las tormentas no son el fin, aunque lo parezcan. Son el instante en que decidimos si nos refugiamos del viento o si aprendemos a bailar bajo la lluvia. Si elegimos quedarnos, si entendemos que el aguacero lava algo que necesitábamos quitar, entonces crecemos. Si no, quedan sólo charcos, barro y preguntas. Lo esencial no está en lo complicado, sino en lo claro. En un gesto que no necesita explicación. En lo que brilla en los ojos antes de escuchar las palabras. En el silencio que no inquieta. Al final, no somos lo que tenemos, sino lo que damos. Y quien nos ayuda a hacerlo no nos completa, sino que nos recuerda cómo ser entero.






sábado, 2 de agosto de 2025

LO NECESARIO

     Algunos caminan entre la multitud con los bolsillos llenos de cosas. Otros llevan las manos vacías, pero los dedos apretados, como si aún sostuvieran algo. Los raros son aquellos cuyas manos cuelgan libres, con esa levedad de quien ha dejado caer lo que otros guardan. -Te sobra -señalan con el dedo. -Me falta -piensan en silencio los señalados. Las pantallas muestran lo que cualquiera puede ver: sonrisas ensayadas, objetos ajenos que aparentan ser propios, instantes que no duran. Lo que resiste ser tocado. Casi nadie les cree. Porque el lenguaje que todos comprendemos es el de lo que se puede palpar. La ausencia, cuando es deliberada, parece una herida o un engaño. Lo cierto desaparece, lo que conviene queda en el aire. Lverdad, en estos días, es un pájaro de alas de barro que nunca vuela recto y jamás se posa donde uno espera. Sin embargo, hay una certeza que no proviene de lo que se muestra, sino de lo que se elige ocultar. Y así, mientras los unos siguen cargando sus bolsillos y sus mentes, los otros caminan livianos, sabiendo que lo único verdadero es lo que no deben cargar.




viernes, 1 de agosto de 2025

AÑOS DE ORO

     Hay un lugar que el olvido no alcanza. Es el instante en que los ojos, cansados de mirar décadas, deciden quedarse, aunque duela. La espalda que se endereza -no por orgullo, sino por costumbre- cuando el peso de los años dice que es hora de doblegarse. La palabra justa, dicha en el momento injusto, con esa calma que sólo dan los atardeceres vividos. No es un relámpago. No es un milagro. Es más bien como el último rayo de sol de una tarde que pronto será noche. Pero ahí está. Persistiendo. Como quien, a días de cumplir cincuenta, descubre que la luz no se extingue: se transforma. Que el aire, de pronto, huele a tiempo bien gastado. Que el mundo, pese a todo, tiene este pequeño hueco por donde aún cabe la esperanza.





CINCUENTA Y EL HORIZONTE

     Estoy a seis días de los cincuenta. No sé qué se supone que debe sentirse, pero aquí, bajo el sol, frente al mar, sólo pienso en la lín...