lunes, 27 de enero de 2025

POR EL RÍO

     La vida es como un río que no cesa de fluir. No se detiene ni retrocede. Simplemente avanza, hacia su destino. Nuestra existencia también es un vaivén incesante entre obstáculos y mareas cambiantes. No hay vuelta atrás, ni segundas oportunidades. En este curso incesante hay momentos calmos y procelosos, pero el río siempre se mueve, incluso en la tranquilidad. Su avance es continuo, siempre hacia la desembocadura. También nosotros nos perderemos en el mar de nuestro destino. No hace falta llegar a ese instante para comprender que todo es un simple recorrido, un trayecto más o menos extenso que no se puede repetir, pero que nos ha llevado a donde estamos ahora.




No hay comentarios:

Publicar un comentario

LÁZARO

     El aire ya no corta: acaricia. Las piernas olvidan. La meta no es un final, sino el lugar donde todo reinicia. El cincel no fuerza el m...