lunes, 6 de enero de 2025

ENGAÑO

     El engaño suele destilar un brillo cegador, como un oro mal logrado que encandila la vista, pero cuyo peso errático en algún momento delata su esencia. Al principio, deslumbra y seduce, provocando ridículas justificaciones en los sombríos recovecos de la conciencia. Sin embargo, esa ilusión deja un rastro persistente, una vibración que resuena en el silencio. La verdad, tenaz y sigilosa, siempre permanece cerca, aguardando el instante propicio para manifestarse. Uno puede intentar eludirla, construir ininteligibles laberintos, así y todo, su llamado es irrefrenable. Las falsas narrativas se pueden amontonar como lastres que llevamos a cuestas, pero no hay refugio posible cuando llega el momento de la reconciliación con la realidad. La verdad, intransigente, siempre halla la manera de reclamar su lugar bajo la luz.





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