lunes, 30 de junio de 2025

LÁZARO

     El aire ya no corta: acaricia. Las piernas olvidan. La meta no es un final, sino el lugar donde todo reinicia. El cincel no fuerza el mármol. Espera. Escucha. Hasta que la piedra le indique por dónde partirla. La música existe porque el silencio, a veces, necesita ser roto. Porque entre el antes y el después debe haber algo que vibre. Como la espuma que corona la ola un instante antes de rendirse al mar. Como las estrellas, que brillan sin pedir permiso. Vivir no se explica. Se late. Se respira. Y cuando todo termine, quedará ese destello: no como adiós, sino como la prueba absurda de que los finales son sólo otra forma de seguir.






sábado, 28 de junio de 2025

YOUNG AMERICANS

     El espejo devolvía a un extraño. Afuera, las luces led vendían felicidad en cuotas. La habitación: un museo de objetos nuevos. Pantalla gigante, muda, comprada el martes. Ya sin razón. El teléfono vibraba. Felicitaciones automáticas por el cumpleaños. Los números pesaban más que los mensajes. Ahora sólo mandaban memes. Nadie preguntaba por el dolor en el pecho, por ese silbido al respirar. La amistad entraba en una pantalla. Brillosa. Vacía. Bajó al shopping. Comprar para existir, pensó. Un pibe con camisa ajustada le ofreció una crema milagrosa. "Rejuvenece. Te devuelve los años". Miró las manos del vendedor. Uñas comidas. Miedo disfrazado de sonrisa. En el bar, una pareja. Ella le sacaba foto a la espuma del capuchino. Él chequeaba likes. Ni se hablaban. Ni se tocaban. El aroma del café, amargo, se perdía entre tanta pose. Volvió. Prendió el televisor. Gritos de un reality. Risa enlatada. Lo apagó. El silencio pegó como trompada. En la estantería, la foto de casamiento. Ella, joven, mirándolo a él, no a una cámara. Él sosteniéndole la mano, no un celular. ¿Cuándo dejaron de sostener algo que valiera la pena? Cayó la noche. Encendió todas las luces. Compró por "Mercado Libre" un reloj que medía los latidos, las horas de sueño, la soledad... Lo pagó con un clic. Sintió un alivio agridulce. Como tragar caramelos de mierda. Se sentó. Afuera, los carteles seguían titilando. Promesas en rojo, azul, verde. Adentro, sólo el tic-tac de otro reloj. Sólo medía el tiempo marcando segundos al pedo. Respiró hondo. Agarró el celular. Borró todas las notificaciones. Apagó la pantalla. Quedó a oscuras. Sólo el resplandor de la ciudad entrando por la ventana. Alumbrando los paquetes sin abrir. Las cosas brillosas. El plástico perfecto. Cerró los ojos. Buscó adentro, bien adentro, el recuerdo del calor de una mano verdadera. Lo encontró. Chiquito. Lejano. Como una estrella apagada hace mil años. Cuando aclaró, se quedó mirando por la ventana. La ciudad despertaba. Corridas. Bocinas. Vidas compradas en cuotas. Sonrió, con esa tristeza que no engaña. Por primera vez en años, no deseó un carajo. Ni siquiera volver atrás. Sólo respiró. El aire era gris, pero especial. Era real.




viernes, 27 de junio de 2025

¿TE DAS CUENTA?

Somos lo que no elegimos.
El barrio. Los ojos. La sombra que llevamos adentro.
Hasta el nombre: una moneda al aire.
No creemos en caminos marcados.
Pero esto nos queda dando vueltas:
somos un cruce de fuerzas que no manejamos.
Lo que pasa cuando no tendría que pasar.
Estar ahí.
Contra toda razón.
Ese día. A esa hora.
Todos decían: imposible.
Pero fuimos.
Lo que conocíamos se desarmó.
Lo que podríamos haber sido... se esfumó.
Ahí nació lo que somos.
¿Te das cuenta?
Los encuentros que nos cambian siempre son improbables.
Llegan por caminos raros.
Después les decimos "destino".
Recién cuando no hay vuelta atrás.
Sólo somos esto:
cenizas en el cenicero de un bar.
Un golpe de viento en la puerta
y ya no estamos.




jueves, 26 de junio de 2025

CONSTRUCCIÓN III

Tus manos. Vacías. 
Ahora imaginalas construyendo en el aire.
Eso. Justo eso es amar.
Levantás tu lugar en su alma. Gesto a gesto. Palabra a palabra.
La sonrisa así. Nunca asá. La voz en este tono. Jamás aquel. 
Vigilás. Moldeás. Con las manos temblando. Porque sin esa construcción: no existís. 
Fuera de su mirada: sólo sos aire.
¿Mentira? No. Verdad frágil. La única que importa.
El día que las manos olvidan el temblor... 
El día que el silencio ya no tiene ángulos... 
El día que crees ser, simplemente...
Ese día no es libertad.
Es la ausencia.
Porque el amor no es lo que sos en soledad.
Es lo que construís con miedo sagrado y precisión de relojero bajo la luz cruda de sus ojos.
Cuando las manos descansan: sólo queda el frío.
Tus manos. Vacías.
Las sillas. Vacías.
Esa inquietud ante su mirada...
Esa inquietud es el amor.
Sin ella: sillas vacías.
Nada más.




martes, 24 de junio de 2025

LA ARENA Y EL VIDRIO

     Todo está ahí, en esa luz que se enciende y apaga con un gesto. Rostros perfectos, momentos dorados, vidas que parecen escritas por alguien que sabe cómo deberían ser. Nadie tropieza. Nadie pisa el vidrio en la arena. Nadie se equivoca. Deslizan el dedo hacia arriba, una y otra vez, como buscando algo que nunca aparece. ¿Qué esperan encontrar? ¿La confirmación de que los demás son tan felices como dicen? ¿O la prueba de que ellos son los únicos que no entienden el juego? Las palabras caen en el vacío. "¡Qué maravilla!", "¡Envidio tu vida!", "¡Sos increíble!". Frases huecas, intercambiables, como monedas sin valor. Nadie mira de verdad. Nadie pregunta de verdad. Nadie entiende el juego de verdad. Y sin embargo, ahí está la pregunta, persistente, en algún lugar entre la niebla de likes y corazones: ¿Por qué no lo descubres por ti mismo? No hay respuesta. Ya no existe la piel. Sólo el reflejo de una sonrisa que no duele, de un éxito que no cuesta, de una vida que no existe. Deslizan el dedo hacia arriba, una y otra vez. La luz sigue encendida. Nadie la apaga. Pero todos, poco a poco, nos volvemos sombra.





lunes, 23 de junio de 2025

LOS IMPERFECTOS

     Los imperfectos. Los que rozaron lo sublime sin quedarse. La luz los tocó una vez. Luego, sólo el hábito. No son los que el silencio rompió. Ni los que el amor salvó. Son los que pasan sin hacer ruido. Los que, al final, siguen ahí: como el cristal que se quiebra y nunca termina de romperse. Como las notas desafinadas que el viento arranca a un violín abandonado. Y, sin embargo, en su caída algo sigue brillando. Como la luz en el cristal que no termina de quebrarse. Como la última nota del violín: imperfectos.






domingo, 22 de junio de 2025

LA LEY DE LOS CINCO

     Existe una regla no escrita. El mundo cabe en cinco. No lo deciden los dioses ni el azar, sino ese círculo de almas que nos rodea. Primero llegan. Luego permanecen. Al final, son parte de nosotros. Sus voces llegan desde el filo de las cosas: esto sos, esto es lo que te pertenece. No necesitan palabras. Basta un gesto. Un hábito. La forma en que respirás entre frase y frase. Algunos los escogen. Otros creen que no. Pero siempre están ahí, los cinco: el que siembra preguntas, el que refleja tus miedos, el que sangra y te guía, el que te quita el aliento, el que, sin saberlo, te muestra el camino. Llega el día en que los ves claramente. Y comprendés el mapa que dibujaron. No es culpa de nadie. Es simplemente cómo funcionan los días. Entonces puede pasar lo inevitable: algunos se van. No por odio. No por dolor. Sólo porque su tiempo terminó. Y el mundo, que es sabio, gira levemente. Cinco nuevos. Cinco distintos. La misma vida. Otra luz.




"ESPEJOS"

     Escribir en un blog llamado "Espejos". No hay motivo. Sólo el acto, la costumbre, la necesidad de arrojar palabras al vacío antes de que ocupen demasiado lugar. El blog no espera lectores. No los busca. Las entradas se acumulan como objetos sin valor dejados en un cajón: inútiles, innecesarias, pero imposibles de tirar. A veces, alguien pasa, lee, se va. Otras veces, nadie. Da igual. Lo importante es que las palabras estén ahí, testigos mudos de algo que, de otro modo, se perdería. Alguna vez, un mensaje llega desde el otro lado de la pantalla. Nada más. No hay respuesta posible. El blog no es un diálogo. Es un espejo: refleja, pero no devuelve. Seguir escribiendo, entonces. No para alguien, no para ser leído, no para ser salvado. Sólo porque callar sería dejar que el mundo gane. Y el blog seguirá ahí. Vacío y lleno a la vez. Como un faro sin barcos, como una habitación con la luz siempre encendida. Al final, las palabras se quedan. Siempre se puede volver, como a ver fotos viejas de paisajes lejanos. Y, de algún modo, eso es suficiente.





sábado, 21 de junio de 2025

SOLSTICIO DE INVIERNO (Los extremos se tocan)

     Fue durante el mediodía de un invierno recién nacido, tal vez el mismo del solsticio, cuando la luz mudó de piel. Ya no se filtraba tímida entre las persianas, ni se derramaba torpe sobre los suelos. Entró, esta vez, como se entra en una casa conocida: sin pedir permiso, pero con la dulce arrogancia de quien sabe que pertenece. Me sorprendió. Había olvidado que las paredes son sólo piel reseca, que las puertas jamás aprendieron a guardar secretos. Y sin embargo, ahí estaba ella -la luz- deslizándose por los rincones como un recuerdo que regresa sin aviso. No era la claridad brutal del verano, ni el resplandor glacial de los espejos. Era otra cosa. Algo más próximo al último verso de un poema, o al silencio que lo sigue. Entonces lo entendí. Las personas no son cristales, ni siquiera superficies. Son grietas. Pequeñas heridas por donde, de pronto, se cuela lo impensado. Pueden pasar años convencidas de que su brillo es prestado, hasta que un gesto mínimo -un parpadeo lento, una mano que se abre- las delata. Y ahí está: ese instante preciso en que lo que esconden decide hacerse visible. No hubo otra revelación. Sólo la luz, al fin, trazando en el aire su nombre con la lentitud ceremoniosa del solsticio.




miércoles, 18 de junio de 2025

MISMO VIEJO S.O.S.

     Calles vacías. Luces apagadas. El cielo, inmóvil. Siempre es igual. Fortunas rotas. Nombres nuevos olvidados. Podrías jurar que esta vez será distinto. Pero no. Es el mismo viejo S.O.S. Sólo hay un antídoto. O dos. Una mano en la oscuridad. Una sílaba, o dos, apenas un sonido. Y de pronto, todo encaja. Sin eso, el mundo no es más que un hueso roto que nunca termina de sanar. Con eso, por un segundo, el S.O.S. se calla. Hasta que la vida, como siempre, vuelve a golpear.




lunes, 16 de junio de 2025

DUEÑOS DE NADA

     Era hermoso verlos, casi matemático. Pequeños animales de costumbre, pero sin costumbre alguna. Se alineaban, sonreían, mataban, lloraban. Todo en el mismo gesto con el que un hombre se abrocha el reloj antes de salir, como si el tiempo fuera algo que pudiera dominarse. No había lógica. O quizás sí, pero era esa lógica torcida de los sueños, donde lo imposible se vuelve ley y nadie pide explicaciones. Un día adoraban lo que al siguiente quemaban, y lo extraordinario era la facilidad con que olvidaban. Bastaba que alguien dijera "esto vale la pena" para que lo guardaran en el pecho como una bala. Los veías, absortos, entregando el dinero, la piel, el alma, por una frase que habían leído en cualquier parte, como quien encuentra una moneda en el suelo y decide que es un tesoro. Lo grandioso no era su inocencia, sino la elegancia con que se arrojaban al vacío, una y otra vez, sin siquiera pestañear. Como si en el fondo ansiaran ser engañados. Como si la lucidez les resultara vulgar. Y ahí seguían, eternamente, repitiendo las palabras que otro había escrito para ellos, seguros de haberlas inventado. Geniales. Inmortales. Acompañados. Dueños de nada.




EL ERROR PERFECTO

     Tropiezo. Caigo. Ahí. Justo ahí, en el punto exacto donde debía estar, un auto descontrolado cruza a toda velocidad. No maldigo el tropiezo. No cuestiono la caída. Ese paso en falso es la única razón por la que sigo vivo. ¿Entendés? El error perfecto. La equivocación que me salvó. La vida, al final, se reduce a esto: una suma mal calculada que, contra toda lógica, era la única correcta. Suerte. Así le llamamos al instante preciso en el que equivocarse te agarra del brazo y te arrastra, sin pedir permiso, hacia un destino menos cruel. Y vos, sin sospecharlo, siempre estuviste a salvo.




sábado, 14 de junio de 2025

LA FÍSICA IMPERFECTA DE LA HERENCIA

     Tomás su mano. Por un instante, creés contener el universo en ese pliegue de piel contra piel. Luego viene la sonrisa. Esa exacta deformación del rostro -como si alguien hubiera doblado el mismo papel dos veces- donde reconocés tu vieja manera de fingir alegría cuando el mundo te dolía. Ahí lo ves claro: no estás pasando una antorcha, sino devolviendo al mundo una versión corregida de todos tus errores. Tu oficio empieza a ser el de navegar por él las estrellas. Tres ecuaciones imposibles: Le mostrás el abecedario para que pueda describir tus defectos con elegancia. Le enseñás a atar los cordones para que pueda desatarse cuando sea necesario. Le das un corazón sólo para que aprenda a romperlo. El final es siempre el mismo: un día te señala un lugar en el mapa que no sabías que existía. Y en ese instante entendés que toda paternidad es sólo un hermoso malentendido.








viernes, 13 de junio de 2025

ROBOTS COTIDIANOS

     Se pagará por escuchar. Como se paga por el oxígeno cuando ya no se puede respirar. Un silencio profesional, sin respuestas. Bocanadas de aire. Un hueco donde las palabras dejen de caer al vacío. Será el lujo más caro: dos ojos que no se apartan, una presencia que no busca la pantalla del teléfono. Escucha activa. El primer lujo que valdrá lo que siempre debió valer. Porque lo gratis nunca tuvo valor. Porque nadie aprecia el oxígeno hasta que empieza a faltar. Porque sólo custodiamos lo que tiene precio. Y cuando al fin comprendamos, será demasiado tarde: habremos inventado el oficio de escuchar justo cuando ya no quede nada digno de ser escuchado.




jueves, 12 de junio de 2025

LIMPIO

     El tiempo desgasta los bordes, suaviza los nombres de las cosas. Lo que fuimos se arruga lentamente, como una carta olvidada en un bolsillo. No enseño. No señalo. Sólo miro, y algunas veces -sólo algunas- veo. Limpio. Así estoy. Sin huellas. Los días borrosos, el peso de antes, todo eso ahora es apenas un dibujo en la arena, lejano. Limpio. O casi...




martes, 10 de junio de 2025

FIDELIDAD

     Al principio, sólo es un malestar. Algo que no encaja. Como si llevaras dentro una verdad que nadie más ve, y el mundo, en cambio, te entregara un guión escrito en otro idioma. Pero ahí está, clavado en el pecho: el pulso de una vida que sólo puede ser tuya. Ser fiel no es romper las reglas. Es más bien quitarse el peso de las miradas ajenas y caminar ligero, aunque el camino no tenga nombre. Vivir en cuerpo y alma significa eso: habitar cada gesto, cada silencio, sin dividirse. No hay parte que valga si traiciona al todo. Hay quienes te dirán que es egoísmo. Pero no lo es. Es la única manera de no desaparecer. Al final, cuando todo se calme, lo único que importará es haber sido, sin mentiras, aquel que eras. Nada duele más que mirar atrás y descubrir que viviste la vida de otro.




lunes, 9 de junio de 2025

SENTIR

     Los artistas son melancólicos porque no saben obedecer. No tienen esa costumbre. Sienten. Los demás viven dentro de los límites de la razón, como casas con puertas y ventanas. Ellos están afuera, donde la tierra nunca termina de solidificarse bajo sus pies y el horizonte no firma contratos. No es que sufran más. Es que lo hacen sin instrucciones. Sin red. Incluso encontrando el goce en la tristeza. A veces, el mundo los derriba y quedan ahí, en esa quietud amarga que alimenta el arte tanto como la inspiración. Otras veces, un viento cruzado los eleva, los suspende en el aire el tiempo justo para que piensen: esto lo explica todo. La melancolía no se va. Es el tributo por no tener amo. No hay remedio. Sólo el oficio, ese gesto tercamente repetido, como palpar las paredes de un túnel que promete, en algún momento, dejar pasar la luz.







SIN REVERENCIAS

     La buena acción perfecta sería aquella que desaparece al cumplirse. Sin testigos. Sin registro. Pero existe otra. La que se ejerce desde arriba, con cálculo preciso. La que alimenta cuerpos y ahoga dignidades. Se extiende como un manto pesado que abriga, pero también inmoviliza. Hay quienes dan sólo para comprobar que pueden retirar la mano. El mendigo agradecido convalida su poder. El gesto no es solidaridad: es confirmación de jerarquía. La verdadera ayuda no construye deudores. No exige reverencias. Respeta, en silencio, la dignidad intacta del otro. No se anuncia, no se fotografía. No existe para llenar estadísticas de compasión ni para acumular likes en una pantalla. Por eso casi nadie la practica. No aparece en los diarios. No suma seguidores. Sólo existe, breve y pura, en ese instante en que una mano se abre... y luego ya no recuerda qué dio, ni a quién.




domingo, 8 de junio de 2025

TAZAS FRÍAS

     Porcelana blanca. Luz de tarde inclinada. El acuerdo perfecto: un edificio oscuro. Paredes frías. Sin ventanas. Nada entra. Nada sale. Palabras como soldados quietos. Pero el pensamiento nace del desacuerdo: las ideas empiezan a temblar. Luz repentina. Una grieta en lo pulido. El sí continuo es una tumba blanca. Bajo la luz, preguntas quietas. Lo esencial no es la verdad, es el roce. El instante antes del relámpago. El territorio de lo posible. Las sombras de las tazas se alargan ahora, líquidas, derramándose en caminos nuevos hacia la luz.






sábado, 7 de junio de 2025

CULTIVAR LO IMPOSIBLE

     La música nace en el abismo entre lo imaginado y lo posible. Es un duelo. Primero, éxtasis: el artista como dios de mundos sonoros. Luego, desilusión: el muro entre el cerebro y el mundo. Al final, resistencia: soñar aunque nadie escuche. La habitación no es una prisión. Es el útero de lo sagrado. Donde lo efímero -un solo de guitarra soñado- se vuelve eterno por su pureza. Cultivar lo imposible. Ese es el oficio. Regar con esmero, aunque nada brote. Y llamarle belleza. El amplificador sigue apagado. Pero el aire guarda el eco de lo que pudo ser. Eso basta. Eso duele. Eso salva.




viernes, 6 de junio de 2025

ATURDIDOS

     Nunca la información golpeó tan fuerte. ¿Nos hace más sabios? No. Recibimos verdades a medias. En redes. En noticieros. Filtros invisibles eligen por nosotros. Algoritmos nos etiquetan. Nos alimentan de lo que confirma, no de lo que cuestiona. Así: un diluvio constante, pero siempre la misma agua. Creemos navegar un océano. Somos peces en una pecera iluminada. Lo que recibimos no nos explica el mundo. Nos repite nuestro estúpido reflejo.




miércoles, 4 de junio de 2025

MARIPOSAS II

     Vuelan. Ignorantes. Entre flores. Sus alas pulsan. Un instante. Luego, nada. Así nosotros. Avanzamos. Ciegos. Frágiles. Como hojas en el aire. Breves. Tan breves. Pero en esa brevedad... ¿no reside el ardor? La pura luz. Caemos. Sí. No hay semilla. No hay renacer. Sólo el gesto perfecto, consumado. El vértigo de ser. Y dejar de ser. Esa es la verdad desnuda: La belleza no perdura. Arde.



HUMO (Meditación guiada)

     El mundo es una máquina terminada. Cada pieza ha sido ajustada por siglos de manos útiles. Tu casa, el puente, el pan... Todo lo que sirve está aquí. Completo.
     Ahora miro la calle: Personas que caminan con prisa. Llevan mapas en sus aparatos de telefonía, mientras son rastreados por satélites. Saben adónde van. Para qué sirven. Pero en la esquina, quieto, un hombre. No consulta su aparato telefónico. No sigue el flujo. Mira arriba. Sólo arriba. Al espacio entre edificios. Un pedazo de cielo gris. Respira hondo. Suelta el aire despacio. Forma una nube blanca que se deshace. No calienta motores. No mueve engranajes. Sólo es. Humo en el aire frío.
     Un niño en clase: Debería sumar cifras. En vez de eso, sigue con los ojos la sombra de un pájaro deslizándose por el muro. La maestra dice: "Eso no sirve". El pájaro vuela. La sombra desaparece.
     Ser útil es ser parte de la máquina. Una pieza más.
      Ser inútil...
...es ese humo que se eleva sin justificación. Esa mirada perdida en un cielo mudo. Esa sombra fugaz en la pared. 
     ¿Moral? Sí.
    Porque el mundo, ya terminado, no necesita más ladrillos. Necesita el humo. La pausa. El gesto que no construye nada.
     Como estas palabras...
  Tan solo un recordatorio: Estar vivo es suficiente.
     Y a veces, es todo.






domingo, 1 de junio de 2025

INSTRUCCIONES PARA DOMAR SOMBRAS

     Este animal que sos no camina solo. Lleva adentro un animal distinto. Una fiera quieta. En los huesos. Querés domarla. Tu mano aprieta el aire. Siempre. Pero mirá: ahí respira. En el brillo del cuchillo olvidado. En el paso del tren de las tres. En el crujir del parqué. Espera. Llega la hora sin nombre. La noche eterna. Entonces, sin aviso, la jaula se abre. Un rugido. Un temblor. Hasta que la luz del alba clava sus dientes. Y la separación. ¿Es este cuerpo sólo la herida que deja su fuga? El hombre camina. Sangrando por esa fuga invisible. Persigue. Se acecha. Nada aplaca este incendio. Salvo… ese instante exacto. Esa rendición blanca. Ese gesto salvaje de escribir su nombre en la pared del mundo.




sábado, 31 de mayo de 2025

FUERA DE TIEMPO

      Lo importante nunca avisa. Crece en silencio, dentro. Mientras la vida sigue, ahí dentro germina, fuera de tiempo. Un día simplemente está. Como una huella que no vimos dejar. No lo buscábamos. Ya era parte de nosotros antes de saberlo. Sólo entonces lo vemos claro. No hay espera. Sólo ese lento hacerse en la calma. Una nota suspendida en el aire cuando la música ya terminó. Un instante quieto donde todo se nombra. Sin fecha. Sin aviso. El presente se cuece en el pasado. Así llega lo verdadero.




jueves, 29 de mayo de 2025

DEFENSA PROPIA

     Bien mirado, el egoísmo auténtico no es un vicio. El mundo te exige capitulación. Te induce a rebajar tus ideas, a moldearlas para encajar en el rebaño. "La grieta" no nace sólo de la divergencia auténtica, sino también del miedo a ser señalado y del pánico a perder el abrazo del grupo. Pero el buen egoísta -aquel que sólo escucha su brújula interior- sabe que someterse es un suicidio discreto. Es paradójico, pero ese individuo, radicalmente fiel a sí mismo, analiza el mundo con mayor precisión. Palpa injusticias que envenenan el aire común, detecta contaminación que mancha su propia piel, detecta hambre que genera caos, detecta ruido que corroe su calma. Comprende que ningún bienestar es posible en un sistema diseñado para la infelicidad colectiva. ¿De qué sirve su riqueza si la desesperación ajena derriba su puerta? ¿De qué sirve su salud en un entorno enfermo? Por puro cálculo existencial, ese egoísta se vuelve revolucionario. Exige justicia porque anhela paz. Combate la explotación porque busca seguridad. Defiende la educación porque necesita un mundo menos estúpido. Su lucha no nace de la bondad, sino de una verdad elemental: la infelicidad ajena es una bomba de tiempo contra su propia supervivencia. Así, ese "egoísmo" condenado por hipócritas se revela como la única lógica sensata. Defender tus ideas no es mezquindad: es el último acto de cordura en un teatro de sumisos. Porque transformar el mundo no es altruismo. Es un acto de legítima defensa. Bien mirado, ese egoísmo auténtico no es un vicio. Es la revolución más pura.




martes, 27 de mayo de 2025

ENCONTRAR EL RÍO

     Guardar la calma en el centro del huracán. Saber que la certeza es un faro, no un puerto. No apresurar el tiempo: dejar que se abra solo, como fruta madura. Observar la farsa triunfar a cada paso, y elegir no vestir sus disfraces. Ser odiado sin haber dado motivos. Sólo existir, puro, sin explicaciones. Soñar despierto, sin permitir que los sueños construyan jaulas. No inclinarse ante el éxito ni morderse los labios en la derrota: ambos son vientos que giran y se desvanecen. Ver cómo los cobardes convierten verdades en armas, y aun así seguir diciéndolas. Encontrar lo roto, recogerlo sin reproches, y volver a unirlo con paciencia. Jugar todo a lo que no tiene garantías. Perder. Jugar otra vez. Y guardar el secreto de las caídas como una moneda de oro en el bolsillo. Hay algo sagrado en no añadir palabras donde el silencio basta. En permanecer, ligero, cuando el mundo se desangra en gestos grandilocuentes. No es valentía. Es más íntimo: la obstinación de un latido que no se detiene, incluso cuando nadie lo escucha. Así se cuenta lo que perdura, sin nombrarlo. Así se dibuja, con trazos mínimos, un corazón que insiste, callado, en el centro del huracán.




domingo, 25 de mayo de 2025

25 de mayo

     Hay instantes en que el cielo se dobla sobre sí mismo, y entonces comprendemos que las despedidas no son más que cartografías del alma. Te observé avanzar hacia la puerta de embarque, y fue como ver a una parte del mundo desprenderse en silencio. Una melodía surgió entonces -no sé si del aire o del pecho- y se tendió entre nosotros un puente invisible. La guardé dentro de otro sobre sellado con silencio, junto a todas las ausencias que no nombro, junto a esa niebla que se confunde con todo lo que callo y vos, sin embargo, siempre escuchás. Desde aquí, el mundo es un ventanal por el que me asomo cada mañana, buscando en el horizonte la línea curva de un tren, el perfil de un retorno. No hay pena que resista cuando sé que, allá donde estés, llevás mi nombre tatuado en una costilla, igual que yo sostengo el tuyo en las palmas de las manos, allí donde el tiempo se coagula en cicatriz. Te imaginé sonriendo -esa sonrisa que descompone el universo- y entendí, al fin, que la felicidad no es un territorio, sino la claridad con que alumbramos lo que falta. Si alguna vez la noche se quiebra sobre vos, recordá esta canción sin notas. Es una promesa construida con pedazos de eternidad: dondequiera que te alcance una sombra, cavaré un pozo hasta encontrar esperanza. Y todas las veces que quieras, volveré a entregarte todo, como siempre, como jamás dejaré de hacerlo, hasta que los mapas se deshagan en polvo y las distancias bajen la cabeza. Queda esta melodía. Es la despedida que no se atreve a nombrarse, la partitura de un encuentro que ya está sucediendo, en algún lugar, mientras el aire viaja de un pulmón al otro.




viernes, 23 de mayo de 2025

GRIETA

     Subir. El viento arrasa las certezas. La fe construye muros con los ojos cerrados; la ciencia los desarma, ecuación tras ecuación. Entre ambas, el hombre avanza: en una mano lleva lo sagrado; en la otra, la razón. Arriba, el mundo es sólo aire y vértigo. Nubes que deshacen el cielo en segundos. El pasto se aferra a la tierra, como preguntas sin respuestas. El espíritu se expande, no por las respuestas, sino por el simple milagro de estar vivo, ahí, en el límite donde lo que se puede medir y lo que sólo se intuye se observan sin tocarse. ¿Llorar? Sí. Pero no por miedo. Por entender, al fin, que la única victoria es permanecer en esa grieta, con los pies desnudos y el corazón abierto, sabiendo que ni los dioses ni los números llenarán el vacío. Vivir, al final, es eso: caminar en la delgada línea donde el misterio duele, pero nos hace seguir respirando.



martes, 20 de mayo de 2025

BREVEDAD DEL FUEGO

     La existencia es un camino que se borra al andar. La duda fabrica verdades con arena movediza. Saber demasiado quema sin dar respuestas. El orden construye jaulas de cristal. El desorden las llena de mariposas. Las reglas de ambos son espejos enfrentados: reflejos que nunca terminan. La tierra es redonda y nos engaña: lo más lejano vive bajo nuestra piel, lo cercano se hace humo al tocarlo. Amar es alejarse de alguien en línea recta y descubrir que el camino se ha curvado ¿De qué hablo? Del simple acto de respirar. Conozco el aire que llena los pulmones como un relato, el tiempo que se dobla y estira como un acordeón. Vivir no es más que dibujar figuras en la orilla antes que llegue la marea.




LÁZARO

     El aire ya no corta: acaricia. Las piernas olvidan. La meta no es un final, sino el lugar donde todo reinicia. El cincel no fuerza el m...