La vida es un río. Fluye. Nos arrastra. La gente pasa junto a nosotros, opaca, incomprensible. Los niños beben. No saben si el agua está limpia. La verdad se rompe en pedazos. Cada uno refleja algo. Nunca todo. Las redes son espejos torcidos. Nos muestran lo que necesitamos, lo que ansiamos. La realidad es un mosaico. Fracturado. Pero a veces, una luz. ¿Por qué creer? ¿Por qué buscar? Las preguntas, sí. Las respuestas, no. Fin.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
CINCUENTA Y EL HORIZONTE
Estoy a seis días de los cincuenta. No sé qué se supone que debe sentirse, pero aquí, bajo el sol, frente al mar, sólo pienso en la lín...

-
La idolatría se introduce en la mente como una sombra suave, un inicio que empieza con una idea, con una convicción vestida de verdad a...
-
Hubo un momento en la vida, difícil de determinar con exactitud, en el que todo se volvió evidente: este mundo ya no tiene remedio. ...
-
El aburrimiento es una rareza en estos tiempos de velocidad constante, donde todo parece moverse más rápido de lo que podemos asimilar....
No hay comentarios:
Publicar un comentario